Imaginen la siguiente escena: el año es 1888, los Estados Unidos están en plena expansión y por todo el oeste hay grupos de vaqueros galopando contra el sol. Uno de estos vaqueros (de bigote y sombrero) llega a la taberna de un pueblo, azota la puerta y se prepara para beber hasta el amanecer. Años después nos encontramos con un grupo de trajeados de la Comercial Mexicana a la mitad de una reunión:
Presidente: Señores, necesitamos ideas para Julio Regalado
Ejecutivo A: ¿Qué les parece que sea la reina de la primavera?
(Miradas incrédulas)
Ejecutivo B: No, necesitamos algo más de macho ¿qué tal un vaquero?
Presidente: Un vaquero, buena idea, hay que pensar en cómo son los vaqueros
Ejecutivo B: Tienen sombrero
Ejecutivo C: Y botas
Ejecutivo B: También llevan pistolas
Ejecutivo A: ¡Y dan mucho miedo!
Y efectivamente, Julio Regalado me daría mucho miedo si me lo encuentro de noche:
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