Jan 10, 2013

Están Entre Nosotros


Como todos los inicios de año, el mes de enero  trae consigo un interesante fenómeno: el gimnasio se llena de gente con el propósito de ahora sí hacer ejercicio y perder esos kilitos de más. Esta voluntad les dura más o menos hasta la tercera semana del año, pero mientras tanto hace que ir al gimnasio sea mucho más interesante porque puedes ver a todo tipo de celebridades. No me refiero a cantantes y actores, sino a gente mucho más importante: super héroes.

Por ejemplo, en el área de pesas se encuentran a la mole, un levantador de pesas fanático de Jersey Shore que ha abusado de los esteroides por años y que, después de un terrible accidente en el que fue expuesto a radiación ultravioleta y a una gran cantidad de químicos su piel ahora es de color anaranjado. 

La mole y antorcha humana

Otro super héroe que me he encontrado es al Hombre Araña, que es un chavo que siempre va vestido de azul y rojo, con una bandita en la cabeza. Él utiliza la máquina en la que normalmente haces barras para treparse de cabeza y hacer abdominales. También me he encontrado con el hombre invisible, un hombre perturbador de edad mediana, él tiene el poder de elegir la máquina junto a la que está trabajando una chava e intentar hacerle conversación hasta que la chava se aburre y se cambia de máquina o de acercarse a las que están haciendo yoga para decirles cómo hacer la postura bien.

¡Esta vez sí va a funcionar!

Pero el que más me ha llamado la atención es un chavo que me encontré hoy en la alberca y al que voy a llamar Señor Fantástico. Él llegó cuando a mí me faltaba media hora para salir, se sentó junto a la alberca y se puso a estirar. Estiró los brazos, los bíceps, estiró el hombro derecho, luego el izquierdo, estiró ambos brazos sobre la cabeza, luego sólo un brazo, luego el otro, luego estiró los bíceps y así siguió hasta que a mí me faltaban como cinco minutos para terminar. En ese momento se metió al otro carril y dio una vuelta con una técnica y velocidad admirables. Eso fue suficiente para darse cuenta de que le había faltado estirar algo entonces se salió y siguió estirando. Me gustaría pensar que mientras escribo esto él sigue junto a la alberca sentado estirando. Pero eso sí, mañana no le va a doler ni un músculo.

Ya sólo me faltan el esternocleidomastoideo, el infraespinoso, los deltoides, el semitendinoso, el semimembranoso, el sóleo, el radial externo, el...