En favor de todos los niños del mundo voy a debatir por qué las mamás no deberían llevar a sus hijos al super. Supongan que tienen a su niño promedio de 2 años Juan Pérez.
Juan es expuesto al amor de su madre, quién lo lleva al super todos los miércoles, viernes, sábados y algunos domingos. Juan pasa horas en el departamento de juguetes jugando con las pelotas y eventualmente desarrolla un gusto por ir al super. El problema no es que se vuelva amanerado, el probelma es cuando la mamá le dice
- Juanito, vamos al super
La mamá, que siempre iba a Superama, no se imagina que Juanito le va a contestar:
- Di mamá, vamod a Chupedama
Y así hasta los quince años en que Juanito Pérez sigue diciendo:
- Si mamita, vamos al Chuperama
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